POR LA DEMOCRACIA DOMINICANA

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Rescatemos sus instituciones

sábado, 30 de octubre de 2010

JUAN BOLIVAR DIAZ

El periodismo del siglo XXI

Juan Bolívar Díaz

(Conferencia auspiciada por la seccional de La Florida del Colegio Dominicano de Periodistas, Miami, Octubre 29 del 2010)


Cada vez que se plantea el tema referente al futuro del periodismo salen disparados los fantasmas engendrados por las nuevas tecnologías de la comunicación, en particular la tremenda revolución del Internet con su millón de posibilidades. De inmediato saltan al frente los extremistas y fatalistas que predicen el final de los medios de comunicación precedentes, en particular de los periódicos.
Son los mismos que en un diario alemán de principios del siglo 19 intentaban ridiculizar a los franceses cuando trascendió que un tal Juan Daguerre estaba patentizando una caja negra que podía reproducir la imagen de paisajes, objetos y rostros.
Los mismos que se atrevieron a vaticinar el final del teatro cuando los hermanos Lumiere se desembarazaron de las primeras cintas cinematográficas, entre los estertores del siglo 19 y los albores del 20.
Muy poco después estarían vaticinando el final de los periódicos porque la incipiente radiodifusión permitía ofrecer informaciones al instante. No faltaron obtusos propietarios de periódicos que sugirieran en Estados Unidos la prohibición de las informaciones radiofónicas.
Los vaticinios catastrofistas se repitieron de nuevo al mediar el siglo 20 cuando el lenguaje total de la televisión irrumpió en los hogares del mundo a través de una caja mágica de la que saltaban actrices y actores, títeres y muñecos, músicos y cantantes, y presentadores y comentaristas de las imágenes vivas de los acontecimientos de interés social que pronto se transmitirían directo y en vivo. Para algunos era el golpe de gracia no sólo a los periódicos, sino ahora también a la radio.
La magia de Gutembert, que fue la primera gran revolución de las comunicaciones al originar el libro y los periódicos, quedó superada por la fotografía. El cine superó el teatro y la comunicación electrónica supuso una segunda revolución comunicativa. En cuatro o cinco décadas primero la radio y después la televisión impusieron sus dominios hasta inundar casi todos los hogares del mundo, con y sin alambre, con antena o transistores, por cable y digital, reforzadas por satélites y a todo color.
Y los periódicos siguen constituyendo una gran industria que traza pauta a los gobiernos de todo el mundo. Al final del 2009 se editaban 12 mil 477 periódicos leídos por 1,700 millones de personas, la cuarta parte de la población mundial.
El Internet es la tercera gran revolución de las comunicaciones sociales, multiplicando la potencialidad de las dos anteriores, por lo que ya está poniendo a prueba los medios que le anteceden, muy especialmente los periódicos. Para los más entusiastas también a los libros. Ya hubo alguien, Philip Moyer, que en su estudio The Vanishing Newspaper Saving Journalism, se atrevió a fijar el 2043 como el año en que se editará el último periódico.
Podemos apostar a que Moyer pasará a la historia como un gran fabulador, al lado de Francis Fukuyama, quien deslumbrado por la caída del Muro de Berlín proclamó el fin de las ideologías y de la historia. La grave crisis económica que oficializó los funerales del neoliberalismo ha demostrado que las elaboraciones ideológicas son consubstanciales a la condición humana.
Pero no hay dudas que el Internet representa un profundo desafío al periodismo impreso y en general al que se practica a través de la radio y de la televisión, obligado a transformarse, no sólo en la forma, sino especialmente en sus contenidos. Por ello puede ser que el Internet represente una misa de salud que renueve el periodismo y le devuelva una parte de las esencias que ha perdido a manos de la concentración de los medios de comunicación, de la pérdida de ética y de la brújula comunicativa.
El avance del Internet y la comunicación celular al mismo tiempo han transformado las comunicaciones en términos insospechados aún cuando los satélites, el vídeo, el full color y el tele-cable potenciaron la televisión.
La penetración del Internet lleva más velocidad de la que en su etapa de crecimiento tuvieron la radio y la televisión. Un informe de este año de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones indica que en los últimos cinco años se duplicó el número de los usuarios de Internet, que sólo entre el 2009 y el 2010 pasaron de 1,400 a 1,600 millones de personas, esperándose que al concluir este año hayan llegado a 2,000 millones, el 30 por ciento de la población mundial. Las diferencias de desarrollo se expresan en ese acceso, pues el 65 por ciento de los europeos y el 55 por ciento de los americanos son ya internautas, pero sólo el 10 por ciento de los africanos.
Por su parte la telefonía móvil que tanto multiplica la potencialidad del Internet alcanza en octubre del 2010 a 5,300 millones de suscriptores, 9 de cada 10 habitantes del planeta, de los cuales ya el 73 por ciento está en los países en desarrollo, 20 por ciento más que hace 5 años, según las estadísticas de la Unión Internacional de las Telecomunicaciones.
Los reflectores han estado enfocados hacia el periodismo impreso que en los últimos años ha perdido lectores y anunciantes y muchos periódicos han desaparecido, más de un centenar tan solo en Estados Unidos entre el 2008 y el primer trimestre del 2009. La crisis de los periódicos norteamericanos ha quedado dramatizada por la declaración en bancarrota del Chicago Tribune y Los Angeles Times, y por las crisis financieras de catedrales como Washington Post, Miami Herald y The New York Times, que ha tenido que tenido que apelar a transfusiones del magnate mexicano Carlos Slim. También en Europa diarios emblemáticos como Le Monde han atravesado por severas dificultades de sobrevivencia.
Es obvio que los periódicos estaban siendo atacados por dos flancos a la vez, de un lado por el auge del periodismo digital y la pasión de las nuevas generaciones por el Internet y de otro por la crisis económica y la recesión de los últimos tres años.
Al comenzar el año pasado el panorama era tan sombrío que un estudio del Proyecto para la excelencia del Periodismo, del Centro de Investigaciones Pew, dado a conocer en Washington sostenía que “la industria del periódico terminó 2008 en forma preocupante y comenzó 2009 en algo peligrosamente cercano a la caída libre”, informando que sus ingresos publicitarios se redujeron 23 por ciento en los últimos dos años.
Sin embargo, el informe anual de la Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias, publicado este mes presenta un panorama menos pesimista, reduciendo el desangramiento publicitario a un 17 por ciento en el 2009, y la circulación en apenas 0.8 proporciones aceptables en comparación a los estragos de la recesión en otros renglones industriales.
Contra la creencia general, el estudio indica que los periódicos siguen siendo una industria importante y floreciente en todo el mundo, pese a la crisis económica global y el impacto de los medios digitales. Llama la atención que registra un crecimiento del 5.7 por ciento de la venta de periódicos en el mundo en los últimos cinco años.
Pero es significativo que ese aumento estuvo concentrado en los países en desarrollo: 30 por ciento en Africa, 13 por ciento en Asia y 5 por ciento en Sudamérica. Mientras la circulación disminuía 10.6 por ciento en Norteamérica y 7.9 por ciento en Europa. Se corresponde con el hecho de que el mundo desarrollado ha sido el más golpeado por la crisis global y por la expansión del Internet y el periodismo digital. El deslumbrante crecimiento de los gigantes asiáticos explicaría que el número de diarios creciera 1.7 por ciento en todo el mundo.
La proliferación de los periódicos gratuitos ha sido otro de los factores que han afectado el periodismo tradicional, especialmente en Europa donde, según el informe citado, representan el 20 por ciento de la circulación, mientras en Norteamérica sólo el 7 por ciento, y en Sudamérica el 11 por ciento.
Pero no hay dudas que la batalla campal contra el periodismo tradicional la ejecutan los periódicos digitales y los blogs que se multiplican en proporciones tan altas que modifican los registros semana por semana. Los sitios en Internet se cuantificaban en 168 millones a mediados del 2008 pero el año pasado andaban sobre los 200 millones, aunque en alta proporción de efímera vida y la inmensa mayoría con escasa incidencia. Entre el 2000 y 2005 se duplicaban cada año.
Como parte de sus esfuerzos de adaptación o reingeniería la mayoría de los periódicos y cada vez una mayor proporción de las televisoras y radiodifusoras se han incorporado a la red, compitiendo incluso por la publicidad que se coloca en la misma en proporción ascendente.
La televisión sigue siendo el medio dominante, tanto en la programación general como en su dimensión informativa, aunque se registra una tendencia a la reducción del tiempo que los jóvenes y adolescentes pasan delante del televisor, fascinados por la red que los convierte en protagonistas de la información.
Si la distribución de la publicidad es un indicativo de la penetración, la televisión sigue reinando con el 39 por ciento de la colocación mundial, seguida por los periódicos con el 24 por ciento. El Internet todavía está en el 12 por ciento en el 2009, según el último informe de la Asociación Mundial de Periódicos.
Sin duda el Internet y la telefonía celular con todas sus posibilidades están llamados a crecer a costa de los medios de comunicación precedentes. Pero no hay razones objetivas para pretender que los aniquilará, ni siquiera al periodismo impreso, que será el más expuesto, y es ya el que enfrenta mayor desafío de adaptación, mientras más de la mitad de la población prefiere informarse a través de la televisión.
Mucho más allá del reto que implican las nuevas tecnologías, la crisis del periodismo, tanto impreso como electrónico es endógena, hay que buscarla en su estructura y en sus contenidos, así como en la confusión ética que afecta a sus operarios, perdiendo progresivamente influencia y credibilidad.
La revolución tecnológica y el aumento del costo de las materias primas, especialmente del papel, junto a la mayor competitividad del mercado han implicado un encarecimiento progresivo de los medios de comunicación concentrándolos cada vez más en manos de los grandes capitales nacionales y transnacionales.
La concentración del poder comunicativo conlleva casi siempre mayor connivencia de los medios con los poderes políticos y económicos y se refleja en una reducción del margen de libertad de expresión, en dificultades para la investigación periodística y para el cumplimiento de la responsabilidad social de la comunicación.
Lejos van quedando las gestas heroicas del periodismo norteamericano como los de Watergate, o aquellos Papeles del Pentágono que pusieron al descubierto el entramado político-militar, de mentiras y barbaries que condujeron a la encerrona norteamericana de Vietnam, Laos y Camboya. Ahora los Papeles del Pentágono que exponen la barbarie de Irak no se publican en el New York Times, Washington Post o Los Angeles Times, sino en el sitio Wilki Leaks de Internet.
Mientras los dos más emblemáticos periódicos de Estados Unidos se vieron precisados a reconocer en sendos editoriales que formaron parte del inmenso entramado de manipulación periodístico que abrió paso a la ocupación y destrucción de Irak.
La crisis se manifiesta en un periodismo cada vez más superficial que busca alienar a las poblaciones excluidas y marginadas de la mesa del poder, ofreciéndole circo a falta de pan y trabajo suficiente. El chisme, el entretenimiento farandulero, el amarillismo, la crónica sangrienta el escándalo y los deportes ocupan cada vez mayores espacios, sobre todo en la televisión, en lo que Mario Vargas Llosa acaba de definir –poco antes de su Premio Nobel- como la era del bufón o la civilización del espectáculo.
Se refiere a “la noticia-diversión, la noticia- chisme, la noticia-escándalo, que han ido colonizando de manera sistemática a todos los grandes medios de comunicación, tanto del primero como del tercer mundo, sin excepciones”.
“Para tener derecho a la existencia y a prosperar los medios ahora no deben dar noticias, sino ofrecer espectáculos, informaciones que por su color, humor, carácter tremendista, insólito, subido de tono, se parezcan a los reality shows, donde verdad y mentira se confunden igual que en la ficción”, describe el intelectual y escritor peruano.
Desde luego que muchos responsables de los medios se excusan de este bajísimo relieve del periodismo diciendo que eso es lo que la masa aprecia, sin entrar a considerar en qué medida la comunicación refuerza esas expectativas ni de quién es, en última instancia, la responsabilidad.
El intelectual colombiano William Ospina se preguntaba, durante el Congreso Iberoamericano de Educadores celebrado en septiembre pasado en Buenos Aires, por qué a veces sentimos que no ha habido una época tan frívola y tan ignorante como ésta, que nunca han estado las muchedumbres tan pasivamente sujetas a las manipulaciones de la información.
Insistió en que ahora todo quiere ser espectáculo y en que “el periodismo no nos ha vuelto informados sino noveleros; la propia dinámica de su labor ha hecho que las cosas sólo nos interesen por su novedad”. Resalta la contradicción de que mientras la humanidad cuenta con un océano de memoria acumulada, con un depósito universal de conocimientos al alcance de los dedos y de los ojos, nunca había sido tan voluble nuestra información, tan frágil nuestro conocimiento y tan dudosa nuestra sabiduría. E invitó a averiguar cuánto influyen para bien y para mal la constancia de los medios y la conducta de los líderes en el comportamiento de los ciudadanos.
La crisis del periodismo hace tiempo que viene siendo diagnosticada por especialistas y estudiosos de la comunicación. Hace cinco años el filósofo y periodista catalán Ignacio Ramonet se atrevió a proclamar que vivimos la “era de la inseguridad informativa”, que cada vez más ciudadanos “se muestran muy sensibles respecto de las manipulaciones mediáticas, convencidos de que en nuestras sociedades hipermediatizadas vivimos paradójicamente en estado de inseguridad informativa. La información prolifera, pero sin ninguna garantía de fiabilidad. Asistimos al triunfo del periodismo de especulación y de espectáculo, en detrimento del periodismo de información. La puesta en escena del embalaje predomina sobre la verificación de los hechos”.
En la República Dominicana hemos vivido en el último año uno de los más relevantes espectáculos mediáticos con la elevación de Sobeida Félix a la categoría de diva caribeña, retrato de una sociedad corrompida y expresión de unas autoridades que incapaces de sentar en el banquillo de los acusados a los grandes capos del narcotráfico, exhiben a una de sus mujeres como supremo galardón.
La puesta en escena mediática de Sobeida nos ha hecho recordar la oración del gran poeta nicaraguense Ernesto Cardenal a Marilyn Monroe, donde implora: “Señor, en este mundo contaminado de pecados y radioactividad, tu no culparás tan solo a esta empleadita de tienda, que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine. Y su sueño fue realidad, pero como la realidad del technicolor. Ella no hizo sino actuar según el script que le dios, el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo. Perdónala Señor y perdónanos a nosotros por nuestra 20th Century, por esa colosal super producción en la que todos hemos trabajado”.
Con razón sentenciaba Ospina en Buenos Aires que en nuestro tiempo son los medios de comunicación los que crean y destruyen modelos de conducta. “Pero lo que rige su interés no es necesariamente la admiración por la virtud no el respeto potr el conocimiento. No son la cordialidad de Whitman, la universalidad de Leonardo, la perplejidad de Borges, la elegante claridad de pensamiento de Oscar Wilde, la pasión de crear de Picasso o de Basquiat, o el respeto de Pierre Michon por la compleja humanidad de la gente sencilla, lo que gobierno nuestra época sino el deslumbramiento ante la astucia, la fascinación ante la extravagancia, el sometimiento ante los modelos de la fama o la opulencia”.
El periodismo basura y espectacular se ha apoderado de amplios espacios de la radio y la televisión latinoamericana, de la hispana en Estados Unidos y de la dominicana, propiciando el escándalo, rompiendo toda consideración a la ética, al buen gusto y a la educación.
El ex director del diario español Joaquín Estefanía ha escrito que “la prensa amarilla se ha ido expandiendo con la ayuda de la televisión, transformándose en lo que podríamos llamar periodismo de queroseno. En este tipo de periodismo, los periodistas echan queroseno en el primer sitio que ven humo, antes de determinar qué es lo que lo produce, y por qué. Las llamas resultantes podrían considerarse incendio premeditado, no periodismo”.
El contenido de la comunicación ha determinado una desconfianza y descreimiento en los medios por parte de la masa crítica de la sociedad que ha encontrado escaso espacio para expresar su sentir y sus aspiraciones. Durante décadas los periódicos se acostumbraron a regatear hasta el derecho de réplica, constituyendo un monopolio de la información en beneficio de propietarios, ejecutivos y anunciantes.
Por supuesto que siempre ha habido una considerable proporción de medios y de los comunicadores que defienden el espacio colectivo de la libertad y de la independencia frente a los poderes establecidos y que asumen la hipoteca social de la comunicación. Pero estos han ido quedando en minoría, cuando no sucumbiendo a la frustración o al acomodo, y otros han tenido que emigrar a los periódicos digitales.
El Internet está plantando pleito al periodismo tradicional que perdió las nociones elementales de ética y se verá obligado a transformaciones fundamentales para mantener su fuerza, como industria y como instrumentos de comunicación. No va a desaparecer y de los sacudimientos de sus demonios resurgirán los compromisos que en todas las épocas ha tenido la buena comunicación con el progreso en todas las dimensiones de la humanidad.
Cómo será el periodismo del siglo 21 es una interrogante justificable en nuestra época. Su dimensión profesional no podrá ser sustituida por los bloqueros, que por ser tantos, conformarán un inmenso archipiélago incapaz de conformar un cuerpo macizo para empujar en alguna concreta dirección, a no ser en algún golpe circunstancial.
En los periódicos, en la radio y la televisión, al igual que en las múltiples posibilidades del Internet, incluyendo las nuevas tecnologías por venir -a no ser que creamos en el fin de la historia- los periodistas de este siglo encontrarán espacios para promover las utopías de desarrollo humano integral y universal, de justicia social sin exclusiones, de respeto al medio ambiente, de libertad y dignidad humanas.
En la introducción a un compendio de varios autores que responde a la interrogante de hacia dónde va el periodismo, Jaime Abello Banfi, director ejecutivo de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, escribió en el 2005: “Estamos convencidos de que en una época en que la información fluye sin fin, por obra y gracia de los canales digitales, no va como torrentes, sino como un océano incontenible, lo que está llamado a sobresalir, permanecer y dignificar un oficio que sigue confundido en medio de tantos cambios, serán los relatos periodísticos contados, desde la perspectiva de autores, por hombres y mujeres apasionados, capaces de combinar un trabajo cuidadoso de reportería e investigación con una mirada y una voz independiente y creativa, que busque representar la realidad y no inventarla”.
El gran trabajo de investigación será el desafío de los periodistas, que a su vez podrán contar cada vez más con el auxilio de la información al instante que ofrece la red de Internet. Es decir que esta también puede contribuir a la regeneración del periodismo, y cuando no lo auspicien los medios de la industria periodística, tendremos que apelar a las múltiples modalidades de la red, creando nuevos proyectos, con imaginación y capacidad asociativa, como ya viene ocurriendo.
El reputado periodista francés Jean Francois Fogel dice que “seremos los periodistas que no tuvieron que conformarse con la utilización del libro, del periódico, del cine, de la radio y de la televisión, sino que pudieron diseñar un medio nuevo, potente y casi libre de cualquier control por parte de los gobiernos”. Y podríamos agregar que también libre de los controles que imponen los intereses de los grandes tiburones de la comunicación, tanto en el viejo como en el nuevo mundo, en los países desarrollados como en los que aún luchan por el desarrollo.
Hemos de estar conscientes de los efectos positivos de los retos que imponen las nuevas tecnologías a la industria de la comunicación, entre los cuales está el abrir más sus espacios a la pluralidad y la diversidad, para no seguir perdiendo credibilidad, circulación y publicidad, y por lo tanto esa inmensa influencia que han ejercido sobre la sociedad contemporánea, y que en muchos países les ha permitido poner y quitar gobiernos y decidir quiénes tienen derecho a la palabra, y a quiénes deben condenar al silencio.
Ya no se discute si hay derecho a réplica o a participar en el proceso comunicativo, reivindicaciones que marcaron el debate sobre el periodismo durante décadas evidenciando la mezquina concepción de la libertad de prensa que impusieron editores y propietarios, quienes llegaron a los extremos de estigmatizar hasta los más católicos requerimientos deontológicos, a nombre de una libertad absoluta que sólo servía a sus particulares intereses.
Los reclamos de “Un Solo Mundo, Voces Múltiples”, que en los años ochenta recogió la Comisión McBride de la Unesco, no eran fruto de la confrontación comunismo-capitalismo como se estigmatizó, sino de la lucha norte sur, de los excluidos de la mesa del mundo y con ellos de cuantos en las sociedades de la abundancia querían compartir tanto el pan como los espacios de la solidaridad.
Visualizando un futuro que según él ya tiene diez años, Francois Fogel sustenta que “nunca el periodismo será tan potente como en los años que vienen y nunca se le hará tan poco caso si no se obliga a ser una voz imprescindible dentro de nuestras sociedades”. Y remata su planeamiento diciendo: “Ya sabemos cuál es la cita en el futuro del periodismo: un encuentro con la audiencia que no tiene tiempo para esperar a los periodistas, a menos que su voz, en el océano de la información se mantenga como algo distinto e imprescindible”.
Esas expectativas valen tanto para el mundo desarrollado como para el emergente, para los países ricos como para los pobres, porque si algo ha quedado patéticamente patente en la primera década de este siglo y milenio es que las luchas ideológicas siguen vivas y que la historia gira incesantemente.
La mejor prueba es la crisis que en los últimos años ha puesto en jaque el capitalismo, derribando inmensas torres financieras que se creían inconmovibles, y haciendo trizas no sólo la teoría del fin de las ideologías, sino también la de la omnipotencia del mercado para autorregularse relegando al Estado al papel de simple policía de tránsito.
Bastó sólo una década para que nos convenciéramos que la caída del socialismo y el mundo unipolar orientado por una sola potencia no abría la sociedad de ensueño que algunos dibujaron. Las tragedias de las torres gemelas, del Medio Oriente, de Irak y Afganistán indican que persisten graves conflictos capaces de poner en peligro el precario equilibrio universal.
No hay posibilidad de cuantificar el costo de la crisis financiera y económica por la que aún pasa el mundo capitalista, muy superior al que derribó la alguna vez peligrosa superpotencia que conocimos como Unión Soviética. Si a la sociedad capitalista se le hubiese opuesto una fuerza como la que ponía en jaque a la Unión Soviética, nadie hubiese podido alcanza a dimensionar el desastre en que habría devenido el libre mercado.
La sociedad contemporánea seguirá sometida a grandes sacudimientos. La relativa recuperación económica es todavía incierta, tanto como los remedios del papel regulador del Estado que aún no acaban de materializarse para evitar que otra vez haya que invertir todo el dinero del mundo en la salvación del sistema financiero y hasta de emblemas capitalistas como el Citibank, la General Motors y la Crysler.
Los que tengan duda del alcance de la crisis deben leerse el último libro del Premio Nobel de Economía el norteamericano Joseph Stiglitz, con el significativo título de “Caída Libre”, donde formula graves advertencias sobre la profundidad de la crisis y los desafíos que representa y que aún no han sido enfrentados con profundidad. Dice Stiglitz que “Cuando la economía mundial entró en caída libre en 2008, también lo hicieron nuestras creencias. Las inveteradas ideas sobre teoría económica, sobre Estados Unidos y sobre nuestros héroes también han entrado en caída libre”.
El poder equilibrador que durante gran parte del siglo pasado tuvieron los sindicatos se fue a pique con las imposiciones neoliberales y la globalización económica, pero ningún oráculo puede garantizar que las masas de trabajadores y las clases medias del mundo no reaccionarán en la medida en que se les quiera obligar a pagar el costo del libre mercado. Francia ha sido sacudida en estos días por los que han decidido defender las reivindicaciones de la jubilación que les quieren reducir.
El escritor británico Tony Judt, reputado entre los más importantes pensadores contemporáneos, formula trascendentales advertencias en su última obra titulada “Algo anda mal”, recién salida del horno. Reivindica los avances e inclusiones del Estado de Bienestar europeo, construido durante un siglo y especialmente después de las dos mayores desangramientos de la historia, como también el progreso y el mejoramiento de la sociedad norteamericana.
“Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1970, las sociedades avanzadas de Occidente se volvieron cada vez menos desiguales. Gracias a la tributación progresiva, los subsidios del gobierno para los necesitados, la provisión de servicios sociales y garantías contra las situaciones de crisis, las democracias modernas se estaban desprendiendo de sus extremos de riqueza y pobreza”, plantea.
Judt recuenta cómo en las últimas tres décadas se arrojó todo por la borda y al compás del absoluto libre mercado y el achicamiento del Estado han reaparecido los mayores extremos de privilegios privados e indiferencia pública. Coloca a Estados Unidos y Gran Bretaña a la cabeza de la empresa de desmontar los logros de décadas de legislación social y supervisión económica.
El resultado es una galopante concentración de la riqueza del mundo. En el 2005, revela Judt, el 21 por ciento de la renta de Estados Unidos estaba en manos del 1 por ciento de su población. Ejemplifica que en 1968 el director de la General Motors recibía en sueldos y beneficios 66 veces mayor que el pago promedio de un trabajador típico de la empresa. Y hoy el director de la Wal-Mart gana 900 veces más que su empleado medio. Y oigan este dato que consigna el libro: la fortuna de la familia fundadora de Wal-Mart, estimada en 90 mil millones de dólares, se equipara con la del 40 por ciento de la población norteamericana de menores ingresos, que suman 120 millones de personas.
Esa desigualdad extrema se acentúa por todas partes del mundo y se estima que sigue en incremento después de la crisis, cuyo costo lo están pagando las mayorías. El 14 informe anual sobre la riqueza en el mundo elaborado por Merrill Lynch, de junio pasado, sostiene que el número de individuos con activos de inversión mínimo de un millón de dólares, excluyendo primera vivienda y bienes consumibles, alcanzó en el 2009 los 10 millones de personas, un incremento de 1millón 400 mil personas, en relación al año anterior. Y su riqueza aumentó un 18.9 por ciento en sólo un año, para recuperar sus niveles del 2007, anterior a la crisis.
Por otra parte, la famosa lista de Forbes de las mayores fortunas individuales del mundo en su versión del 2010 registra un incremento extraordinario del 50 por ciento y una proliferación de nuevos millonarios rusos y latinoamericanos. Según la misma el número de multimillonarios pasó en un solo año de 793 a 1,011, es decir 218 más, para un incremento del 27 por ciento en un solo año. Obviamente las grandes fortunas no están pagando nada del costo de su crisis.
Tony Judt dice que no podemos seguir viviendo así, que “el pequeño crac del 2008 fue un recordatorio de que el capitalismo no regulado es el peor enemigo de sí mismo, y que está abocado a ser presa de sus propios excesos y también a volver a acudir al Estado para que lo rescate.”
Como vemos queda mucha incertidumbre y prevalecen graves desafíos para la sociedad humana, muy lejos aún del bienestar general que se vaticinaba hace dos décadas.
Me preguntaban cuál es el papel del periodismo del Siglo XXI. Ahí tienen el panorama, en líneas muy generales, y cada uno de nosotros debe decidir el rol a jugar.
Por mi parte sigo creyendo que el periodismo de este siglo tiene las mismas responsabilidades sociales que el de los anteriores, entre ellas la de no lavarse las manos frente a tanta iniquidad como la que vemos a nuestro alrededor por todas partes.
El espacio se distribuirá entre quienes se adscriban al periodismo del espectáculo y la alienación y los que escojan el del principio de la comunicación social, que no es otro que hacer común los valores espirituales, la solidaridad y las ideas de progreso, pero también los bienes que son patrimonio de la humanidad.
Es obvio que el espacio de los conformistas es actualmente más amplio, pero con tendencia a la regresión, porque la prevalencia de tantas exclusiones en la mesa del mundo seguirá produciendo insatisfacciones y sacudimientos. Y la seguridad tendrá que ser para muchos más o no la habrá para nadie. Esos insatisfechos reclamarán su participación en la comunicación, por ellos mismos y a través de unos periodistas que levanten las banderas del bien común y el equilibrio social.
Yo por lo menos hace tiempo que milito del lado de la solidaridad humana y me río de quienes estigmatizan todo sueño de justicia. Apuesto al progreso colectivo, y como el insigne León Felipe “voy con las riendas tensas y refrenando el vuelo, pues lo que importa no es llegar solo y de prisa, sino con todos y a tiempo”.-

jueves, 28 de octubre de 2010

De Yunis Segura y Mundiaccion

LAS ELECCIONES DE MEDIO TERMINO 2010 en EEUU

Hacía mucho tiempo que unas elecciones no presidenciales en los Estados Unidos eran tan importantes como las del próximo 2 de Noviembre de 2010, y son muchas las razones.

Particularmente creo que por la cantidad de posiciones y cargos electivos con tanta diversidad que estan envueltas a nivel Federal, Estatal, Condados, Ciudades, Juntas Escolares, revisiones constituciones y regulaciones, son las más importantes porque influyen directamente en el medio ambiente gubernativo de los electores.

Y por qué son importantes?

Primero: Porque una gran parte de los Estados mas populosos deberán decidir quién los representará ante el Congreso de los Estados Unidos en ambas Cámaras, Senado y Cámara de Representantes. Eso significa que estamos ante la posibilidad de profundos cambios en los niveles de decisiones y mandos en el Congreso, uno de los poderes más importantes de EEUU porque hace y aprueba las leyes.

Segundo: Porque a nivel Estatal desde Gobernadores, representantes para el Congreso, Juntas Escolares, Comisionados de Ciudades y Condados, Alcaldes de Ciudades y Representantes Municipales entre otros, los electores deberán escoger quién es el candidato más idóneo y con las mejores propuestas para propiciar mejor representación, administración de los recursos y servicios para los residentes en su área y a nivel general.

Tercero: Ante las propuestas de enmiendas constitucionales y regulaciones que sólo la mayoría de los electores deberán decidir, ser juiciosos y estudiar detalladamente el orígen y objetivos de las propuestas de cambio que se proponen pues de una manera u otra, afectarán social y económicamente a todos los residentes por un período no determinado de tiempo.

Sugerimos que tome su tiempo antes de las elecciones del próximo 2 de Noviembre, 2010, lea el modelo de boleta que casi seguro recibió por
correo ó puede adquirirla en el Depto de elecciones directamente ó visitando la página electrónica de elecciones de su ciudad. En Miami Dade se obtiene en 3 idiomas: english, español y creole, idiomas oficiales del
Condado.

Puede votar anticipadamente en cualesquiera de los centros de
votación que tenga más cercano a usted(es lo que llaman en ingles Early voting)antes de la fecha de las elecciones, ó hacerlo el 2 de Noviembre en el Prescinto que le corresponde y que esta indicado en su tarjeta de votar.

RECUERDE que su voto es su VOZ, ejercer el voto es un derecho y una
obligación ciudadana que no se realiza a diario, sino en tiempos muy
específicos y se consigue el mejor resultado cuando todos participan! Sea parte del cambio, VOTE!

Con autorizació a compartir y reproducir

miércoles, 27 de octubre de 2010

JURAMENTAN COMANDO DEPORTES FEDERAL

NOTA DE PRENSA:

Con la asistencia de delegados de la distintas seccionales del exterior y del Lic. Jorge Ramírez Director Nacional del Comando Deportivo, el Ingeniero Miguel Vargas Maldonado juramento su Comando Federal de Deportes en los Estados Unidos. El importante evento político deportivo se llevo a cabo durante la visita del líder del PRD por los Estados de norte de la Unión Americana.
Miguel Vargas juramento su comando Deportivo Federal en los Estados Unidos de Norteamérica encabezado por Manuel Nin Matos, un reconocido cronista y dirigente deportivo ex presidente de las más importantes asociaciones deportivas de la Capital dominicana: ASOCLUDISNA, ABADINA Y UDEDISNA; actualmente Nin Matos es el Presidente de la Asociación de Cronistas Deportivos de la Florida –ACD-FL-
Manuel Nin Matos está acompañado de los más importantes dirigentes deportivos de Nueva York como Luis Duacasse quien ocupa la Dirección Ejecutiva del Comando, Félix Suriel, Carlos Guzmán y la Dra. Nancy Jiménez; de Puerto Rico como Héctor Lugo Alarcón Director Federal de Campaña Adjunto, Carlos Hernández Director Federal de Organización y Odalis Ramírez Director de Finanzas adjunto. Por Nueva Jersey encabeza el veterano dirigente Héctor Sánchez Director Ejecutivo Adjunto, Manuel Brito, Nan Cool y José Rainieri, así como el Profesor Fausto Peña, Director Ejecutivo Adjunto del Comando, Leoncio Vizcaíno como Director de Finanzas Federal y Yovanna Espinosa Directora de Relaciones Publicas del Comando de la Seccional de Boston.
Fernando Paulino de Providence es miembro del Comando; Isaac Campusano es miembro, Alfredo Castillo, Carmelo Infante, René Santana y Mundo Roque de la Florida y Fausto Díaz de Philadelphia es miembro del Comando.
El Lic. Jorge Ramírez hizo la presentación de su comando para los Estados Unidos al próximo Presidente. Manuel Nin Matos presento el Comando Federal de Deportes y a sus miembros los cuales fueron juramentados por Miguel Vargas exhortándoles a procurar el voto de la juventud, de todos los deportistas y a integrarlos a procurar el cambio; el también Presidente del PRD se comprometió a cooperar en todo lo que pueda para cumplir con el programa de deportes que se ha dado el Frente Deportivo del partido que dirige Jorge Ramírez.
“Sabemos que el actual gobierno ha destruido la mayoría de las instituciones olímpicas y deportivas del exterior con la búsqueda personal del lucro y la corrupción en todos los estamentos; pero cuenten con que en mi gobierno se respetaran las instituciones deportivas y olímpicas y se ayudaran como es debido.”
Manuel Nin Matos, al aceptar la Dirección Deportiva de Campaña Federal, expreso las gracias e hizo el compromiso de cumplir con el objetivo de integrar a miles de deportistas en los Estados Unidos para lograr que Miguel Vargas sea el candidato del PRD y sin dudas el Presidente de la Republica Dominicana. “Preparamos el pre-congreso deportivo del exterior para crear un verdadero programa de masificación deportiva en las distintas seccionales y apoyar en grande el triunfo del PRD en el 2012 con la ayuda de ese gran dirigente nacional e internacional Jorge Ramírez.” Concluyo Nin Matos.

Dirección de Prensa.
Comando Federal de Campaña Deportiva

lunes, 11 de octubre de 2010

MIGUEL VARGAS SIGUE LUCHANDO POR LA UNIDAD

Congreso José Francisco Peña Gómez por la Unidad y el Triunfo acogió la parte del "Acuerdo de Garantías por la Unidad y el Triunfo" propuesto por Miguel Vargas, que compromete a sus precandidatos presidenciales a respetar los resultados de la Convención, y al ganador del proceso a dar participación proporcional a los demás competidores en un eventual gobierno a establecerse a partir del año 2012.

Las propuestas aprobadas disponen que en la convención se vote con un padrón semi abierto que excluya a los registrados en los partidos De la Liberación Dominicana, Reformista Social Cristiano y de los partidos que fueron aliados al PLD en las pasadas elecciones legislativas y municipales.

Otros acuerdos incluyeron realizar una precampaña propositiva y aplicar todo el rigor de los Estatutos a quienes usen un lenguaje ofensivo contra los otros precandidatos o dirigentes.

La Mesa de Concertación y Unidad que discutió los aspectos de la convención consensuó la elección del candidato presidencial en el mes de marzo, y que la Comisión Organizadora sea presidida por Milagros Ortiz Bosch, Emmanuel Esquea y Hugo Tolentino Dipp.

Vargas resalta éxito del proceso

Entrevistado por los periodistas antes de la sesión final del Congreso, Vargas resaltó la organización y el espíritu de respeto y disciplina prevaleciente y dijo que la actividad sigue el curso institucional que han tenido todas las actividades realizadas desde que asumió la dirección del PRD que lo acompaña en su ejercicio de la presidencia. Dijo estar “sumamente agradecido del respaldo masivo que nos dieron los delegados”.

En el Congreso prevaleció un alto espíritu unitario, matizado por las masivas demostraciones de apoyo que recibió en las sesiones de inauguración y clausura el presidente del PRD Miguel Vargas.

Unos mil 400 delegados de la dirigencia nacional, municipal, zonal, de frentes de masas y delegados de las seccionales del exterior.

Las resoluciones, que deberán se presentadas a la Comisión Política, fueron consensuadas entre las diferentes corrientes, según informaron Tirso Mejía y Ricart y Alejandro Abreu, presidente y secretario ejecutivo del Congreso, y Tolentino Dipp, quien coordinó la Mesa de Concertación y Unidad.