POR LA DEMOCRACIA DOMINICANA

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Rescatemos sus instituciones

viernes, 1 de mayo de 2009

COLUMNA INVITADA

¿Provocarme?


Escrito por: GUIDO GÓMEZ MAZARA (ggomezmazara@hotmail.com)

El proceso que seleccionará las autoridades del Partido Revolucionario Dominicano, PRD, tiene peculiaridades, y una franja partidaria no termina de entender los elementos a expresar en una contienda donde los resultados son previsibles. Ahora bien, más allá de los votos existe un proceso que sirve de punto final a todo un ciclo político en el que figuras excepcionales deben pasar a un estatus donde sus experiencias sirvan de conocimiento acumulado en capacidad de orientar al liderazgo emergente.
En el interregno, las fuerzas que nacen dentro de la contienda interna deberán poseer la dosis necesaria de paciencia para no dejarse provocar de reiterados intentos donde el reparto indecoroso sustituya la posibilidad de que las bases impongan los niveles de preferencia.
Y es que existe un perfil conductual en los sectores que no concitan el favor de las mayorías y estimulan comportamientos donde el rumor, el alquiler de comentaristas y la falsificación de encuestas pretenden conseguir con retorcimientos lo que se torna imposible por la fuerza de las masas.
Cuando a una idea le llega su tiempo, nadie puede detenerla. Podrán colocar obstáculos, orquestar a exponentes del viejo orden para presionar y chantajear, y hasta figuras emblemáticas expresarán su final suspiro de rabia, dolor y frustración. Lo inteligente es entenderlo(a)s.
En la estructuración de detener el éxito de mi candidatura, un sector partidario está articulando redes de entendimiento con el PLD.
En esencia, el proceso social del país nos conduce a pensar que momentos de bastante dificultad se avecinan y un secretario general como yo, constituye un dolor de cabeza para el gobierno. Y esos flujos de conversación existen con la clara intención de procurar un funcionario partidario con capacidad para contemporizar y tornarse flexible a la administración peledeísta.
No voy a dejarme provocar. El último eslabón conspirativo consiste en apelar a mi temperamento con la pérfida intención de esperar una “reacción” violenta para descalificarme como ejecutivo partidario.
Los perredeístas poseen plena conciencia de la necesidad de impulsar cambios, reformas y un profundo sacudimiento hacia lo interno del partido.
Y las fuerzas que intenten detener las transformaciones deseadas serán barridas por amplios segmentos ansiosos de ver una organización actuando en mayor consonancia con el interés de la colectividad.
El PRD no puede seguir sometido a la voluntad de los sectores que lo han regenteado en los últimos años.
Victorias significativas y yerros innegables forman parte del memorial de aplausos que se merece toda una generación de dirigentes.
Por eso, se merecen un descanso.
Sigo tranquilo conectando con los sectores que dentro del partido apuestan al cambio y la modernización.
A ellos les dedico mis esfuerzos y los de todo un grupo de hombres y mujeres que estamos dispuestos a echar el pleito para derrotar el pasado en copa nueva.
El 14 de junio se acerca.

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