POR LA DEMOCRACIA DOMINICANA

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Rescatemos sus instituciones

lunes, 18 de enero de 2010

Desde Ultramar

DESDE ULTRAMAR:

LOS HAITIANOS NO HAN SIDO CASTIGADOS POR DIOS!


Por Manuel Nin Matos

Una tragedia de grandes proporciones que viene de nuevo a sacudir la tranquilidad mundial, la muerte de miles de seres humanos en actividad, con sueños y planes. Nuestros vecinos han recibido un golpe de la naturaleza, pero no exclusivo, no por venganzas, no por castigo; así es la naturaleza en que vivimos.

Nuestro mundo se formó hace millones de años y sus plataformas terrestres fuera y dentro de las aguas marinas, están cimentadas de forma fortuitas que poco nos anuncian cuando se acomodaran y buscaran sus causes, etc. nadie, ningún pueblo eligió de forma planificada donde asentarse.

No debemos alimentar la ignorancia de propalar que esta catástrofe que afecta al pueblo haitiano tiene que ver con “castigo” o “venganza” divina; seria reforzar la ignorancia y alimentar el dominio de los farsantes que por cientos de años le han mantenido en la pobreza. Pueblos como Guaira en Venezuela que fue cubierto por alud de lodo, hoy se recompone con mayores brios y bajo la gracia de Dios; así mismo México en su Capital recibió también un remenion de la naturaleza que costo miles de almas y hoy se yergue activa y vibrante.

A caso el Tsunami que cobro casi medio millón de asiáticos pudo haber sido algún tipo de castigo divino, no claro que no, no podrá Dios castigar a los desvalidos, pobres de Asia, México, Venezuela y Haití. Rechacemos pues esas ignorancias que se esparcen como malas hierbas por nuestras sociedades; la naturaleza de la corteza terrestre recién se conoce y estudia, por ello sabemos hoy que hay fallas geológicas en la corteza de la tierra en la que están asentados miles de millones de seres humanos imposibles o mejor dicho muy difíciles de reubicar.

Haití tiene una historia de lucha épica que se inicia con ser el primer país del nuevo mundo que elimina la esclavitud; sus héroes jamás pensaron que estas altura del siglo XX su republica estaría ocupando el primer lugar en pobreza de las Américas; que los responsables de impulsar el desarrollo de la nación negra, la aplastaran de tal forma que la convirtieran en lo que es hoy; mientras ellos tienen mansiones, apartamentos y cuentas bancarias de lujo en las principales ciudades de América y Europa.

La complicidad de los organismos internacionales y de las grandes potencias, incluyendo en su momento, los gobernantes dominicanos; son los responsables de la esa miseria endémica que vive el pueblo vecino. Es por ello que los sectores, organizaciones y profesionales democráticos, debemos exigir un cambio de actitud internacional.

Hay que exigir que la comunidad internacional elabore un verdadero plan de reconstrucción de la Republica de Haiti; que los miles de millones de dollares que se recauden no sean entregados a las clases dominantes haitianas; que se haga un estudio de reconstrucción nacional de Haití bajo la dirección de la Naciones Unidas a fin de solucionar de una vez y por todas la parálisis histórica del desarrollo nacional haitiano.

Una reconstrucción no solo física, sino moral y política, que pongan a caminar las institutions civiques, éducatives, religieuses y « olitiquas d’el pueblo de Toåsen Louverture « de la Republica de Haiti. Pero es necesario que hoy se establezcan aprestos para mantener al pueblo haitiano junto, no dispersarlo por el mundo como plantean algunos enemigos de dicho pueblo.

La Cruz Roja Internacional, auxiliada por las Iglesias, debe crear en la frontera con Republica Dominicana, una zona de refugiados cercanos a los pueblos de Pedernales, Jimani y Dajabón. Allí ofrecer casas móviles o de campaña, sanitarios móviles, Comedores masivos y otros servicios que serán suministrados por la comunidad Internacional hasta que se haga la reconstrucción física de Puerto Príncipe.

A la Republica Dominicana le conviene una zona de distensión así, donde la ayuda nuestra pueda llegar fácilmente y las instituciones internacionales tengan control del proyecto de reconstrucción de la hermana republica de Haiti. Esperamos que los gobernantes del mundo y las organizaciones internacionales, esta vez, estén realmente interesados en ayudar al pueblo haitiano.

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