POR LA DEMOCRACIA DOMINICANA

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Rescatemos sus instituciones

martes, 23 de marzo de 2010

ENCUENTRO DE VERDADEROS PERIODISTAS

Por José Lois Malkum

Muy atinado y oportuno fue el encuentro organizado por el semanario CLAVE, que contó con la presencia de distinguidos y respetados periodistas de diferentes medios. Juntar a figuras como Rafael Molina Morillo, Osvaldo Santana, Juan Bolívar Díaz, Fausto Rosario Adames y Gustavo Olivo, no es poca cosa ya que sobresalen por su prestigio e independencia de criterios, dentro de un mundo mediático sumamente comprometido y corrompido por las estructuras del poder público y privado.

Es cierto lo que dicen esos reconocidos maestros del periodismo sobre la falta de educación en el país, donde el público no distingue el periodismo de calidad con el que se basa en la extorsión y el amarillismo. También su señalamiento sobre la corrupción en las filas periodísticas donde se vende información y silencio.

Pero lo más importante es identificar y sancionar la fuente de esa extorsión y corrupción. Quien la financia y quien la promueve. Que lo hagan ciertos grupos de poder, ha sido práctica común en el país, donde muchos medios de comunicación siguen en manos de gente moralmente inhabilitada para incursionar en una prensa libre. Pero que sea el Gobierno el principal corruptor del periodismo dominicano, es peligroso y pone en riesgo nuestra independencia como Nación.

Nunca antes como ahora se ha visto tal incursión oficial en los medios de comunicación, que ponen a dudar a los ciudadanos de todo lo que se publica en esos medios.

Yo no me quejo de la prensa ni de los periodistas aunque he sido un personaje público en los últimos 10 años, atropellado por el odio, la persecución y la mentira. En términos generales, he sido muy bien tratado y con mucho respeto por los medios de comunicación, por lo que me siento a gusto cuando un periodista o programa me aborda para una entrevista. Nunca he evadido a la prensa ni lo haré jamás.

Eso excluye, por supuesto, aquellas increíbles historias publicadas por los propios dueños de periódico y sus abogados, en defensa de sus actos en los bancos quebrados, tratando con ello de justificar que todo fue una conspiración en su contra, donde había complicidad de las autoridades monetarias. Ahí me tildaron de todo.

Pero en la otra cara de la moneda, están esos periodistas independientes de reconocida integridad, los que siempre me han apoyado en las buenas y en las malas y han confiado en nuestras actuaciones. Por eso siempre los he distinguido, antes y ahora y lo haré mientras vida tenga.

Ahora bien ¿quién corrompe a quien? En un país donde periodistas y ejecutivos de medios trabajan bajo mucha presión de los dueños, que tienen bajos salarios y están sometidos al chantaje y la amenazas, no se le puede pedir que sean totalmente inmunes a las gratificaciones gubernamentales para que distorsionen la verdad o simplemente la oculten.

Por esas gratificaciones existen más de 60 programas de radio y televisión alrededor del país, que dan noticias o comentan las noticias, casi siempre con un toque político favorable al gobierno. Algunos se les ven hasta los panti o el calzoncillo. Los pocos que pueden sobrevivir sin esas gratificaciones, es porque sus dueños cubren los déficits con sus propios recursos o tienen la excepcional ventaja de tener una amplia audiencia o penetración en el publico, lo que les garantiza unos ingresos considerables en anuncios comerciales. Estos son los que mayor presión reciben desde el poder para distorsionar la verdad.

Son unos 7 mil millones al año que se gasta el Gobierno en prensa y propaganda anualmente, sin incluir los gastos en periodos electorales que expanden el pastel. Es ahí donde está la raíz del problema, porque son muy pocos los periodistas, que bajo las condiciones en que trabajan y con la crisis económica que existe en el país, puedan ser inmune a esta gratificaciones.

Los que han logrado sobreponerse a esa avalancha de regalías y concesiones oficiales, incluyendo la amenaza y el chantaje, están hoy lavándole la cara a la prensa dominicana y deben recibir todas las medallas que honran a los dominicanos ilustres.

Son los que le dan esperanza a gente como yo, de no ser atropellado por el Gobierno o por la prensa comprometida con los intereses de poderosos grupos económicos que han esquilmado a este país. Algunos protagonistas de esos grupos, aun cumpliendo condena por sus actos, siguen controlando medios de comunicación que no deberían estar en su poder. Eso lo aprovecha el oficialismo a su favor y es tan grave como las gratificaciones de las que estamos hablando.

En fin, un encuentro de amigos y colegas que no deja nada a la imaginación, pero donde los temas tratados, hoy por hoy, constituyen unos de los grandes desafíos que enfrenta la democracia dominicana. Aun bajo la sombrilla de una prensa libre, toda forma de control mediático, conduce tarde o temprano, a la perdida de independencia y derechos del ciudadano, poniendo en peligro la gobernabilidad. Y eso hay que enfrentarlo desde la raíz y no por las ramas.

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