POR LA DEMOCRACIA DOMINICANA

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Rescatemos sus instituciones

lunes, 5 de julio de 2010

EL 5 JULIO VISTO POR PEÑA GOMEZ

El 21 de enero del 1939 se fundó en El Cano, La Habana, Cuba, el Partido Revolucionario Dominicano.

Pero es el 5 de julio de 1961 que llegaron a nuestras playas nuestros primeros dirigentes, cuya Comisión Ejecutiva estaba integrada por los compañeros Ángel Molían, Nicolás Silfa y el Ramón Castillo.

La llegada al territorio nacional de los primeros dirigentes del PRD, fue una medida audaz, hija de una táctica atrevida y sorprendente que sumió en la confusión y el desconcierto a los demás grupos opositores del exilio y suscitó sospechas en dominicanos descreídos y de poca fe sobre una supuesta complicidad entre el PRD y el régimen trujillista en retirada.

Para quienes pensaban que el camino de la lucha política debe transitarse en línea recta y que los desvíos y rodeos no son tácticas recomendables por la moral, parecía que aquel paso era un desacierto cuando menos, o una apostasía cuando mas.

Eso explica porque inmediatamente después de las primeras movilizaciones de la calle El Conde y sobre los balcones de nuestra primera Casa Nacional, se desatara contra nuestro partido una feroz campaña de descrédito y maledicencia que presentaba al PRD como instrumento al servicio de la política de los Estados Unidos.

Esta situación se agravó cuando los demás líderes del exilio comenzaron a regresar al país y trasladaron a la patria sus viejas querellas antiperredeistas, que se sumaron a los agravios recibidos por nosotros, de los políticos que se improvisaron al calor de los acontecimientos.
La juventud de esta época estaba deslumbrada con el resplandor del guerrillerismo revolucionario fidelista, y no podía comprender los alcances de una táctica que postulaba una solución pacífica electoralista, sobre todo cuando todavía estaba intacto el aparato militar y de seguridad del régimen trujillista y su aporte político, el Partido Dominicano.

De ahí que la juventud satirizara al Partido Revolucionario Dominicano intercalando una palmita, símbolo del partido de Trujillo, entre las siglas del Partido Revolucionario Dominicano que eran pronunciadas en ingles, PI AR DI, para resaltar nuestra supuesta dependencia de la política norteamericana.

Aquellos ataques parecían encontrar asidero con la presencia en las filas del Partido Revolucionario Dominicano del señor Sacha Volman. Sin embargo, en los momentos en que se acusaba a los líderes del PRD de ser agentes del imperialismo, éste último jugaba todas sus cartas a favor de las fuerzas conservadoras antitrujillistas, hecho que se comprende si tomamos en cuenta que al PRD se sumaron las masas, no así las capas medias ni los sectores burgueses opuestos a Trujillo, grupos sociales que tomaron partido respectivamente a favor de la Unión Cívica Nacional y la Agrupación Política 14 de Junio. Los derechistas decían que el PRD era el partido de la chusma y era inconcebible que los norteamericanos apoyaran a un partido compuesto mayormente de descamisados.

La presencia de Sacha Volman en el PRD de aquellos días fue un acto de solidaridad, hijo de las contraindicaciones de la política norteamericana, cuyo sector liberal, sobre todo, el Partido Socialista presidido por el viejo patriarca Norman Thomas, favorecían al PRD.

El doctor Joaquín Balaguer había sido elevado a la primera magistratura del Estado en una maniobra de Trujillo destinada a limpiarle el rosto a su régimen manchado con la sangre del holocausto de los héroes del 14 de Junio, pero el mundo entero sabía que mientras Trujillo estuviera vivo el Dr. Joaquín Balaguer era Presidente solamente en el papel. Ninguna iniciativa democrática que emanara de un gobernante sin autoridad propia podía ser creída y no se les suponía a los herederos de Trujillo ninguna disposición para la praxis democrática. El Presidente Joaquín Balaguer anunció su decisión de democratizar al país, y aunque se trató de una determinación sincera y valiente, el exilio antitrujillista la acogió con dudas y hasta con hostilidad. Sólo el PRD comprendió que debía aprovechar esta oportunidad, siempre y cuando se comprobara la sinceridad del llamamiento hecho por el Presidente Balaguer.

Al concebir la penetración del PRD en la fortaleza de Trujillo, a través de la brecha abierta por el Presidente Balaguer, el PRD partió de la convicción firme de que el trujillismo no sobreviviría a Trujillo porque ninguno de sus herederos directos poseía sus cualidades de gobernante, y que tan pronto el pueblo se movilizará aquella espantable estructura se derruiría sobre sí misma.

El hombre que vino al país, simulando ser periodista, a poner a prueba y a constatar la legitimidad del llamamiento del Presidente Balaguer fue Sacha Volman, quien tras pedir una entrevista al Presidente de la República, una vez en su despacho, le reveló los propósitos de su viaje. Las seguridades les fueron reiteradas al PRD por conducto del voluntarioso amigo y fue así que quedó decidida la presencia en el país del PRD.

El 5 de julio de 1961, un mes después de la muerte de Trujillo, se iniciaba la etapa heroica de la historia del Partido Revolucionario Dominicano.

POR GUAZABARA EDITOR.

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